miércoles, 25 de mayo de 2011

Escuelita, a la antigua


Fotos: Alejandro Estrada

Jesús Toledo

“La fábrica nos chinga los ojos. El aserrín y el humo no nos deja estudiar y esto nos jode todos los días. Ya no queremos una escuela de madera que se inunda cuando llueve”. Estas son las palabras de Juan Carlos “N”, estudiante de cuarto año de la primaria “Niños Héroes”, ubicada en el municipio de Chiapa de Corzo.
Aunque parecen felices aventándose tierra y manchando sus uniformes, los alumnos de esta escuela se quejan de la falta de piso firme y de la fábrica que a cada rato les “avienta” aserrín y humo.
La pena le gana; las palabras con trabajo salen de su boca y de pronto, se arma de valor y asegura eufórico: “Cuando llueve, entra el agua y no hay clases. Se suspenden a veces hasta por tres días y no nos gusta”, dice.
A su corta edad, sabe que él y sus compañeros estudian en condiciones precarias, donde una simple pared de concreto es un lujo. “Necesitamos ventiladores, sillas nuevas y una escuela de material”, afirma.
El silencio vuelve a imperar. Al ver que su compañero se sonroja, Luis Fernando “N”, alumno de sexto grado, se acerca. “Queremos apoyo en la escuela de todo, la queremos de material, todo que sea bonito, con plantas, sillas nuevas”, asegura.
Agrega que la institución es un “lío” cuando llueve y a diario son molestados por el humo y el aserrín.
Johana Cristina Ruiz Palacios reclamó la falta de libros, uniformes, pizarrones y mesas para los maestros, pues asegura que por las noches, cuando la escuela está abandonada, la gente se mete a hacer pipi o se ponen a tomar. “Pido a las autoridades que nos ayuden a encerrar todo esto, para que no entren más”, dijo.
En la actualidad muchos jóvenes de edad escolar se quejan de las condiciones en las que estudian; que si el aparato del clima no funciona, que si están muy lejos de la cafetería o que si los salones están oscuros o encerrados. Bastaría que uno de ellos viera las condiciones en que alumnos de la Escuela Primaria “Niños Héroes” estudian.
El humo, el polvo y el lodo en temporada de lluvias son sólo algunos de los problemas con los que lidian los niños de esta escuela.
Padres de familia aseguran que la escuela ubicada en la colonia Santa Anna (antes Roberto Albores Guillén), en Chiapa de Corzo, carece de muchas cosas; agua, luz, sillas y mesas en perfecto estado son sólo alguna de ellas.
Una de las madres de familia mencionó que “sólo el día a día representa un problema por el constante humo y el ruido de la cartonera”.
Para los “pequeñines”, la privacidad no es una opción, mucho menos el silencio y la comodidad. Los alumnos apenas y logran concentrarse por el calor, ya que “el techo de lámina no minimiza las altas temperaturas y, además, las tarimas de madera que sirven de pared no evitan que el polvo y el humo ingrese al aula de clases.


Una de las madres de familia, quien omitió su nombre por temor a represalias, reiteró que uno de los problemas más fuertes al que se enfrentan es el inicio de la temporada de lluvia, porque las dos aulas se inundan o se llenan de lodo y tienen que esperar entre dos y tres meses para continuar con sus clases normales.
Comentó que por las precipitaciones, los casi 75 niños que ahí estudian faltan a la escuela, mientras el terreno “se compone” para poder entrar a la choza que tienen por aula.
Incluso, los propios docentes se han quejado de éste y otros problemas, pues “es asfixiante” y les impide trabajar de forma correcta.

SIN CLASES
Aunque las carencias están a la vista de todos, la apatía de los profesores se hace evidente con frecuencia. Según los padres de familia, es muy común que en esta institución no haya clases pero no dicen nada por temor a represalias.
Incluso un docente tuvo miedo a denunciar las condiciones en que trabaja, alo que dijo: “La verdad, que no queremos que de alguna forma sea una traba lo que se ha logrado ahorita… no sé si vaya a ser contraproducente”.
Un padre de familia refirió: “El maestro ahorita no está y esta semana no van a tener clases que porque tenía una reunión y que iba haber un curso y por eso no se iba a presentar”.
La primaria “Niños Héroes” no sólo tiene carencias en materia de infraestructura, sino que sufre el desinterés de los educadores. Los propios padres de familia exigen a los profesores y autoridades educativas que “pongan en cinta” a los responsables de brindar educación de calidad.
Los niños de esta escuela no luchan por aprender, luchan contra el calor, el humo y contra las inundaciones en temporada de lluvias.



—Como representante de la colonia y madre de familia, ¿faltan mucho los niños a clases?, ¿qué problemas hay?
—Sí, están faltando mucho porque desgraciadamente los maestros no se saben coordinar, porque vienen ellos a las 9:00 de la mañana y salen a las 12 del día
—¿Han hablado con las autoridades educativas?
—Ya. Ahorita estamos en proceso de la donación de las escrituras del terreno que apenas acaban de salir, estamos por pagarlo porque por ese motivo no hemos podido hace nada.
—¿De cuanto estamos hablando?
—Como de mil 600 pesos aproximadamente
—¿Qué le pediría a las autoridades educativas?
—Apoyar a esta escuela, porque los niños sí la necesitan.
—¿Cuándo se desploma algo, ustedes se encargan?
—Sí, cuando se cae la lámina, tenemos que poner la misma u otra nueva y comprar clavos para ponerla nosotros mismos



Aunque están a un paso de tener una escuela digna “según” las autoridades, las escrituras son lo único que falta para entregar los papeles en regla y que la escuelita de madera, que consta de dos aulas con techo de lámina, se convierta en una primaria de concreto.
Otra situación perjudicial para los niños es que a lado de la escuela existe una fabrica conocida como “la cartonera”; aunque se estableció primero en el lugar, afecta en gran medida a los estudiantes, incluso una infante tuvo que salirse de la escuela porque le daban ataques de asma.
“La humazón, cuanto está el sol normal no avienta el humo, pero cuando hay viento, éste logra cubrir los dos salones y las personas de casas circunvecinas terminan respirando el humo y enfermándose”.
Ante el problema se trató de negociar para que ya sea la primaria o “la cartonera” se estableciera en otro lugar, pero todo quedó en pláticas con el antiguo representante de la colonia.
En la actualidad, “la cartonera” construye una barda para evitar el problema, pero no aceptó la construcción de un drenaje para que se desfogue el agua, aseveró la representante de esta colonia.
Los padres de familia no piden lujos para sus niños, exigen se construyan aulas dignas, pues reprueban que sus hijos tengan que estudiar en un aula de madera y lámina.

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