miércoles, 19 de enero de 2011

Una década de desaparecido lleva "El Chapo"


Habían pasado apenas 50 días del llamado “gobierno del cambio”, de la asunción de Vicente Fox Quesada a una presidencia monopolizada por el PRI durante 70 años, y ya enfrentaba su primer descalabro: la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán, justo hace 10 años, del penal de Puente Grande, Jalisco.
Galopante, pasó una década de la evasión del líder del cártel de Sinaloa, y su paradero sigue siendo un misterio, no así su poder y presencia en el mundo del narcotráfico. Para el gobierno federal es uno de los factores principales de la violencia que azota a todo el país y que ha cobrado más de 30 mil muertes en lo que va del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.
Alejandro Gertz Manero, quien en ese momento se desempeñaba como secretario de Seguridad Pública federal, admite ahora con cierta ironía: “Nadie sabe por qué está libre y por qué no lo han detenido”.
Pero tiene la certeza de que su traslado del penal de máxima seguridad de La Palma a Puente Grande fue en extremo sospechoso. “¿Por qué se saca a un delincuente de alta peligrosidad de una cárcel segura para llevarlo a otra que no lo es?”, se pregunta 10 años después.
Fue la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Jalisco en esos años, Guadalupe Morfín, quien alertó sobre el sistema de protección creado en torno a El Chapo, y de esto da cuenta el propio Gertz Manero. “Morfín advirtió sobre el desastre y aún así se les fue”.
Sobre El Chapo pesan muchas historias, y no son pocos los medios internacionales que han hecho referencia de su poder. La revista Forbes de Estados Unidos lo ha llegado a colocar como uno de los hombres más ricos y poderosos del mundo.
The Economist afirma en un reciente artículo que para recapturar al capo serían necesarios por lo menos 100 mil soldados, casi la mitad de los hombres que conforman el Ejército mexicano y todavía así cree que su recaptura sería casi imposible.
Gertz Manero, ahora diputado federal y rector de la Universidad de Las Américas Ciudad de México, considera “increíble que un periodista afamado logró dar con (Ismael Zambada) El Mayo (debajo de El Chapo en el organigrama de la federación de Sinaloa) y hasta se tomó una foto con él, mientras que el gobierno no ha podido localizarlo y detenerlo”.
Santiago Creel, actual senador de la República y en ese entonces secretario de Gobernación, sostiene que la fuga de El Chapo fue producto de la descomposición total que prevalecía en los penales federales.
“Su fuga (de El Chapo) fue algo que puso en evidencia las circunstancias en la cual se encontraban las prisiones federales, particularmente Puente Grande, así como las debilidades institucionales de todo el sistema penitenciario del país”, dice.
Por esa razón, argumenta, se decidió que fuera la SSP la que se hiciera cargo de los penales, y quitar el elemento policiaco a la Secretaría de Gobernación.
Estrategia lista
Un documento de la embajada de EU en México, fechado el 29 de octubre de 2009 y difundido por WikiLeaks en diciembre pasado, señala que el secretario de la Defensa, Guillermo Galván, tenía una estrategia de tres etapas para atrapar a El Chapo, y que compartió con el entonces director de Inteligencia de EU, Dennis Blair.
La primera constaba de un “amplio avance” para establecer una fuerza física en los 10 o 15 lugares donde se desplazaba, para recopilar información de inteligencia; segundo, implementando un círculo de tropas en la zona en la que operaba con el resguardo de 300 hombres que integraban un entorno de seguridad, y la tercera, su eventual recaptura.
—¿Es lejano el día que caiga El Chapo Guzmán? —se le pregunta a Gertz Manero
—No lo sé, porque los intereses que se mueven ahí, usted y yo, y toda la sociedad los ignoramos. No sabemos por qué está libre. Tampoco sabemos por qué a unos sí los agarran y a otros no. Si yo digo que no lo van a agarrar y mañana lo atrapan es porque ya no existen complicidades o se rompieron encubrimientos. No sabemos nada.

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